El Papel del Coaching en el "Momento Bisagra" de la Humanidad
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El Papel del Coaching en el "Momento Bisagra" de la Humanidad

Actualizado: 27 may 2022


Diferencia entre EDUCAR y ENTRENAR
 


En noviembre del 2021 la Federación Internacional del Coaching -ICF por sus siglas en inglés- pidió a los proveedores de programas acreditados elevarlos a la categoría de EDUCACIÓN EN COACHING. ¿Por qué este cambio? En este artículo haré una interpretación desde mi visión como miembro y proveedor de ICF sobre los criterios para esos cambios, analizando primero la diferencia entre entrenar y educar.





De acuerdo a la definición de la RAE, un entrenamiento, se refiere a cualquier preparación o adiestramiento con el propósito de adquirir las competencias que logran mejorar las acciones y los resultados especialmente en el ámbito deportivo. Específicamente entrenar en coaching significa desarrollar las competencias que necesitan las personas que desean practicarlo para asociarse con sus clientes en un proceso creativo y estimulante con el que, aplicando ciertas competencias, podrán ayudarlos a ampliar su conciencia e inspirarlos a maximizar su potencial personal y profesional.



En cambio, la palabra “educar” tiene una raíz latina e indoeuropea que significa guiar o encaminar en el conocimiento (educare, “encaminar, llevar hacia afuera”, e-“hacia afuera”, deuk-, “llevar, conducir”). Cuando educamos, encaminamos a las personas desde temprana edad a que amplíen su conciencia adquiriendo los valores, conocimientos, costumbres y formas de actuar que les permitirán lograr los resultados que desean conviviendo armónicamente en sociedad. Quizá esta definición nos de una pauta para entender por qué la ICF busca ahora que los programas acreditados sean de EDUCACIÓN y no solo de ENTRENAMIENTO en coaching, pues no solo se trata de que los coaches apliquen las competencias con sus clientes para que logren resultados personales y/o profesionales maximizando su potencial, sino de aplicar la Mentalidad de Coaching, que es una competencia recientemente incorporada al modelo de competencias de la ICF publicado partir del 2019



Esta Mentalidad de Coaching solo puede surgir de un programa que logre educar a las personas que desean practicar el coaching para que apliquen en su vida personal y con sus clientes, los cuatro valores que se necesitan para ejercerlo apropiadamente: El Profesionalismo, La Colaboración, La Humanidad y La Equidad.

 



El Profesionalismo entendido como el compromiso de reflejar una calidad profesional en nuestro trabajo que abarque la responsabilidad, el respeto, la integridad, la competencia y la excelencia. La Colaboración entendida como el compromiso a desarrollar la conexión social y la construcción de la comunidad. La Humanidad, entendida como el el compromiso para amables, compasivos y respetuosos con los demás, aceptando que, precisamente como humanos que somos, no somos perfectos, y, con una mentalidad de coaching, ver las imperfecciones propias y las de los demás como una oportunidad para difundir una cultura de apertura y autoaceptación que nos permita saber que siempre hay algo más que aprender, además de valorar otros puntos de vista comprometiéndonos con la inclusión, la dignidad, la autoestima y los derechos humanos. Y, finalmente La Equidad, entendida como el compromiso de explorar y comprender las necesidades de los demás para que podamos practicar procesos justos, reconociendo y respetando a todos y cada uno de los grupos identitarios y sus aportes, además de tratar a todos con la misma dignidad y sentido de justicia.
 

El “Momento Bisagra” de la Humanidad


Este término relativamente simple, describe una idea potencialmente de gran profundidad. Se refiere a la idea de que quienes estamos vivos en este momento crítico en la historia moderna, podemos ser especialmente influyentes. Más allá de la pandemia de coronavirus, la guerra en Ucrania, del cambio climático, las profundas desigualdades económicas o sistemas políticos y/o creencias religiosas que promueven el encono y la división social, filósofos e investigadores debaten si los eventos de nuestro siglo podrán mover para un lado o para el otro, el destino de la raza humana en los próximos miles o millones de años. Hace poco escuché que, de seguir la misma ruta, la raza humana quizá no podrá sobrevivir como especie en este planeta, mas el planeta si podría sobrevivir sin nuestra especie. En el 2011 el filósofo Derek Parfit escribió en su libro "On What Matters" (Acerca de lo que importa) lo siguiente: "Vivimos en el momento bisagra de la historia; puede que estemos viviendo el período más influyente de todos los tiempos. Dados los descubrimientos científicos y tecnológicos de los últimos dos siglos, el mundo nunca ha cambiado tan rápido. Puede que pronto tengamos mayores poderes para transformar -para bien o para mal-, no solo nuestro entorno, sino a nosotros mismos y la posibilidad de garantizar o eliminar la supervivencia de nuestros sucesores". La Teoría Bisagra nace de esos conceptos y ha ganado una renovada atención en meses recientes. Kelsey Piper, redactora de la sección Future Perfect del medio Vox, escribió “El debate sobre el momento bisagra de la historia es más que una discusión filosófica abstracta: se trata de identificar lo que nuestra sociedad debe priorizar para asegurar el futuro a largo plazo de nuestras especies”

¿Cómo puede el coaching apoyar el momento bisagra de la humanidad?


Primero, creo que sería interesante recordar qué es -para la ICF y los que pertenecemos a ella- el coaching. De acuerdo con la definición que podemos encontrar en el código de Ética de la ICF, el coaching es “asociarse con los clientes en un proceso creativo y estimulante que los inspira a maximizar su potencial personal y profesional.” El coaching, por lo tanto, aún siendo una práctica bastante joven, -y aún con todas las controversias y retos que ha tenido-, ha contribuido desde su nacimiento al desarrollo de la conciencia en las personas, y, por fortuna, este es un hecho que ha podido quedar documentado. En el portal de ICF Global se puede acceder a algunos de los estudios que se han realizado al respecto. Y, tal vez, es por ello que los individuos y las organizaciones recurren cada vez con más frecuencia a los coaches profesionales. El Estudio Global de Coaching de ICF 2020 realizado por PricewaterhouseCoopers revela que a nivel mundial hay aproximadamente 71,000 practicantes coaching en 161 países y con un crecimiento del 33% desde la última estimación de 2015. Desde mi perspectiva, lo que puede influir más en el momento bisagra es reeducarnos como raza humana. 



Entonces, si además de la aceptación y los resultados que se han observado en a su práctica, aunamos la ventaja de la digitalización, encontraremos tal vez el motivo por el cual el coaching ha crecido exponencialmente en todo el mundo y se está democratizando cada vez más, pues se ofrece en todos los niveles de las organizaciones, -desde empleados operativos hasta gerentes y directivos-. Gracias a los coaches profesionalmente entrenados de todo el mundo y las aplicaciones -apps- que se pueden usar tanto en la web como en los celulares, será posible contar con sesiones de coaching por video llamadas en tiempo real desde cualquier lugar del mundo en todos los idiomas, logrando la transformación de los gerentes en líderes inspiradores y mejorando el rendimiento de sus equipos con empleados proactivos que cuentan con los servicios de un coach personal, quien se asocia con cada uno de ellos para crecer en un camino de desarrollo personal y profesional medible. Con 71,000 coaches en acción estoy convencido que podemos lograr un impacto en el Momento Bisagra de la Humanidad. Estamos claros que las bases de la educación se encuentran en la familia (especialmente en el ejemplo de los padres a sus hijos), en la escuela, en la influencia social y religiosa, además del nivel cultural o económico en el que se desarrollan las personas, mas es indiscutible que en el entorno laboral, las empresas y organizaciones pueden jugar un rol importante en la re-educación de sus miembros. Es en este entorno donde un coach profesional -interno o externo-, educado en los valores de la ICF -Profesionalismo, Colaboración, Humanidad y Equidad-pueden lograr el mayor impacto ampliando la conciencia de los líderes y empleados para verlos reflejados en un cambio de mentalidad con el fin de lograr los resultados en forma distinta a como lo han estado haciendo hasta ahora e impactar el momento bisagra que vivimos como humanidad. 


Francisco Nasta

Head Coach Organizacional

Ontology Training


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